Akragas, la actual
Agrigento fue una colonia griega fundada en el año 581 a.C. por viajeros procedentes de Gela, de Creta y de Rodas. Fue la tierra natal de
Empedocles, creador de la teoría de los cuatro elementos: tierra, aire, fuego y agua.
Llegamos a
Agrigento desde
Palermo en tren, nos habían dicho que los trenes sicilianos eran poco fiables, pero en nuestro caso el viaje resultó muy cómodo y las vistas de los paisajes nos tuvieron entretenidos durante todo el trayecto.
En la estación nos esperaba Alfonso, el dueño del
B&B La Casa di El, uno de los alojamientos mejor valorados de la ciudad en
Tripadvisor. Alfonso nos atendió estupendamente y nos ofreció un suculento desayuno.
La ciudad está repleta de rincones con encanto, callejones estrechos, escalinatas por doquier e iglesias tan magníficas como la de
San Lorenzo.
Desde la ciudad se tiene una vista fantástica del
Valle de los Templos, el conjunto de templos griegos más interesante de toda Sicilia, incluido en el
Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1998. La zona es, además, una de las más importantes áreas de prospección arqueológica de toda Europa.
El
Templo de la Concordia es una magnífica muestra de
estilo dórico, data de mediados del siglo V a. C., se cree que el nombre es erróneo y que probablemente estuvo dedicado a
Cástor y
Pólux, los
Dioscuros que forman la constelación de
Géminis. Gracias a que fue reconvertido en iglesia por
San Gregorio en el año 597 se ha conservado prácticamente intacto hasta nuestros días.
Los otros templos están mucho más deteriorados como consecuencia de los terremotos y de los expolios de materiales para otras construcciones. Las fotos siguientes corresponden respectivamente al
Templo de Hércules y al
Templo de Juno Lacinia.
Desde el
Valle de los Templos se divisa la ciudad de Agrigento, una localidad no apta para asmáticos.
Muy cerca de los templos se encuentra el interesantísimo
Museo Arqueológico Nacional. A la entrada se halla la
Capella di San Nicola construida por los monjes cistercienses hace siete siglos con materiales procedentes de los templos.
En el museo arqueológico se puede ver una importante colección de cerámica, estatuas y objetos cotidianos de la época colonial.
Frente al museo se encuentran los restos de la
ciudad greco-romana, sus imponentes dimensiones permiten hacernos una idea de la importancia de este enclave en el Mediterráneo en los primeros años de la era actual.