Cuaderno de viaje

En una llanura situada entre el golfo de Venecia y los Alpes se encuentra Treviso, una ciudad de poco más de 80.000 habitantes que tuvo un gran florecimiento en el período medieval y el Renacimiento. En su escudo se puede ver una cruz, una característica de las ciudades italianas fieles a la facción güelfa.




En la época romana, la ciudad se llamó Tarvisium. La población se constituyó en municipium entre el año 49 a. C. y el siglo I d. C.

La ciudad fue saqueada por Atila y posteriormente reconquistada por Justiniano I, quien dictaminó la Pragmática Sanción de 554, mediante la cual fue reintegrada al Imperio Romano.

De las trece puertas abiertas en murallas medievales, reconstruidas en el Renacimiento por Bartolomeo d'Alviano, quedan solo tres: Altinia, San Tomaso y Santi Quaranta, desde donde parten los caminos a Padua y Vicenza y que recuerda a cuarenta mártires cristianos que prefirieron la muerte antes que adorar a unos ídolos paganos.



Quizás el aspecto más característico de la ciudad sean los frescos de las fachadas de los palacios y casas antiguas.




En la iglesia de San Niccolò se pueden ver los frescos de Tommaso da Modena, uno de los pintores más sobresalientes del siglo XIV.




En el altar mayor se encuentra Madonna in trono con angelo musicante e santi, obra del fraile pintor Marco Pensaben, llamado Maraveia, terminada en 1521.



Otra de las peculiaridades de la ciudad es que está atravesada por varios canales y ríos. La zona de Pescheria con su vieja noria y el mercado del pescado es una de las más animadas.







En el centro de la villa se alza la Piazza dei Signori, en ella destacan dos importantes edificios, el Palazzo della Prefettura, que cuenta con la Torre Civica (1218) y el Palazzo dei Trecento.





La Cattedrale di San Pietro Apostolo es el principal lugar de culto de Treviso y es la sede de la diócesis local. La fachada actual,de 1836, consta de una amplia escalinata coronada por un imponente pronao y seis columnas jónicas. A los lados de la escalinata hay dos leones de mármol rojo de Verona testigos del antiguo edificio románico.