La capital de
Baviera tiene mucho que ofrecer al viajero, además de una
excelente cerveza.
Múnich es, después de
Berlín y
Hamburgo, la ciudad más grande del país y antes de la
caída del Muro de Berlín funcionaba como capital no oficial de Alemania.
El núcleo comercial de la ciudad se sitúa en la
Marienplatz, marcado por la
Mariensäule, la columna de la Virgen desde la que se marcan todas las distancias.
En el
Neues Rathaus, el ayuntamiento nuevo, un carillón anuncia las horas con una justa y la danza de los toneleros. En la torre del ayuntamiento se sitúa el
Münchner Kindl (niño de Múnich), símbolo de la ciudad.
La torre del ayuntamiento viejo,
Altes Rathaus, se reconstruyó tras los bombardeos de la segunda guerra mundial según los planos originales. Muy cerca se levanta el pintoresco mercado de
Viktualienmarkt.
Cerca de
Marienplatz se encuentre la
Frauenkirche, la iglesia gótica más grande del sur de Alemania.
La iglesia más antigua de la ciudad es la
Peterskirche, la basílica formaba parte del monasterio que dió nombre a la ciudad (
Mönchen significa
monjes).
La iglesia de San Juan Nepomuceno, conocida como
Asamkirche por ser obra de los hermanos Asam entre 1733 y 1746 simboliza perfectamente todos los excesos del barroco. La combinación de elementos arquitectónicos otorga una sensación de profundidad irreal, la nave es relativamente pequeña, con 28 metros de largo y menos de 9 de ancho.
Múnich es conocida internacionalmente por sus colecciones de arte antiguo y clásico. De hecho, la
Alte Pinakothek, la
Neue Pinakothek, la
Pinakothek der Moderne, y la
Lenbachhaus son algunos de los museos más famosos del mundo.
La
Alte Pinakothek alberga una importante colección de maestros alemanes, pintura flamenca, italiana y española.
La
Neue Pinakothek reúne las colecciones de pintura del siglo XIX, en sus fondos se recogen sobre todo obras alemanas, francesas e inglesas realizadas entre 1780 y 1910.
La
Pinakothek der Moderne abrió sus puertas en 2002 y se ha convertido en uno de los mayores museos de arte moderno del mundo.
En
Königsplatz se pueden ver esculturas clásicas en la
Glyptothek, decorada con importantes personajes de la Antigüedad.
La
Propyläen es una puerta de estilo neoclásico basada en el
Propileo de
Atenas que conmemora la guerra de independencia de Grecia contra los turcos.
Otro museo imprescindible es el
Deustches Museum, uno de los museos de ciencia y técnica más grandes y antiguos del mundo al que dedico una entrada en
El beso en la Luna.
La puerta de Isar o
Isartor son un vestigio de las antiguas murallas de la ciudad. La torre central data de 1337.
La
Siegestor es un arco del triunfo representativo de una época, a principios del siglo XIX, en que se puso de moda erigir este tipo de construcciones alegóricas.
Muy cerca se encuentra la principal zona arbolada de la ciudad, el
Englischer Garten, zona de recreo muy concurrida por ciclistas y paseantes. En los jardines hay algunos edificios emblemáticos como el
Monopteros, un edificio neoclásico desde el que se divisa una hermosa panorámica de la ciudad y la
Torre china construida en 1789-90 como mirador y kiosco de música.
Por el parque pasa el
Eisbach un gélido arroyo aprovechado por los más intrépidos para la práctica del surf.
Cerca de los jardines se encuentra la
Cancillería de Baviera, un edificio muy controvertido finalizado en 1992.
El
Nationaltheater es también la sede de la Ópera Nacional y es el escenario de las óperas nacionalistas de
Richard Wagner ante
Luis II de Baviera, el rey loco.