Tarento fue una importante ciudad de la
Magna Grecia, pero desde la conquista romana la ciudad ha venido a menos y actualmente presenta un aspecto abandonado y decadente.
Desde la
Piazza Fontana se accede al barrio antiguo, un barrio de pescadores donde destaca la iglesia de
San Domenico.
En la
Cittá Vecchia encontramos los restos del antiguo
Templo de Poseidón, del que se conservan dos columnas dóricas.
Enfrente se encuentra el
Castello Aragonese, una notable fortificación del siglo XV ocupada ahora por la Marina Italiana.
La ciudad vieja y la parte nueva están separadas por un canal navegable y comunicadas por un puente levadizo, el
Ponte Girevole.
Lo más interesante de la ciudad es el
Museo Arqueológico y la
Catedral, un notable templo de origen románico dedicado a
San Cataldo, santo de origen irlandés. Debajo del altar se encuentra una interesante cripta románica.
La ciudad cuenta con gran puerto industrial y comercial, además de un arsenal de la Marina Militar Italiana.
Desde hace años hay proyectos de renovar el aspecto de la ciudad, proyectos que aún no han visto la luz. La ciudad ofrece un aspecto que no invita al turismo. En la parte vieja tienen su feudo los
scippatori, ladrones especializados en tirones