La historia de
Santiago de Compostela se remonta a tiempos prehistóricos, a la
cultura castreña, a la llegada de los romanos y, como punto de inflexión, al descubrimiento del enterramiento del
Apóstol Santiago. A partir de ese momento la ciudad se conformará en torno al centro de poder representado por el arzobispo de Santiago y su representación física, la Catedral. El
Camino de Santiago marcó desde entonces el devenir de la ciudad.
La
Catedral es uno de los grandes templos del cristianismo, en la Edad Media peregrinos de toda Europa acudían a Compostela para obtener indulgencias, lo que permitía reducir a la mitad el tiempo de estancia del alma en el purgatorio, y si ésta había sido obtenida en un Año Santo compostelano, se conseguía la indulgencia plenaria.
El
pórtico de la Gloria, de estilo románico, es obra del
maestro Mateo y su taller por encargo del rey
Fernando II, a finales del siglo XII. En la actualidad está en restauración, pero aún entre andamios y mal iluminado, resulta sobrecogedor.
La capilla mayor era románica en su origen pero fue reformada durante el barroco por orden del nuevo maestro de obras,
José de Vega y Verdugo, nombrado por
Inocencio X. Cuenta en la entrada con púlpitos renacentistas a ambos lados con escenas de la vida del Apóstol realizados por
Juan Bautista Celma en 1578. Un baldaquino del siglo XVII sostenido por ángeles y un camarín barroco. El altar fue construido por
Domingo Antonio de Andrade sobre el sepulcro del Apóstol y en el cual puso tres representaciones del santo, dentro del camarín una imagen de
Santiago sedente de piedra policromada del siglo XIII vestido como peregrino con una esclavina de plata adornada con gran pedrería; se puede subir por la parte posterior del altar para realizar el tradicional abrazo al santo. Sobre el tabernáculo está representado
Santiago en una estatua ecuestre y cuatro reyes le hacen honores. Finalmente se encuentra en cada ángulo la representación de las virtudes cardinales: la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza.
Bajo el camarín está el sepulcro de
Santiago y sus dos discípulos,
Atanasio y
Teodoro. Por temor a las frecuentes incursiones de piratas ingleses, especialmente de >Francis Drake que había amenazado Compostela tras haber desembarcado en
La Coruña en 1589, por orden del arzobispo
Juan de Sanclemente las reliquias fueron trasladadas aquel mismo año y escondidas en el suelo del ábside del templo al lado de la capilla mayor. Con el tiempo se fue olvidando este lugar y en enero del año 1879 el cardenal
Miguel Payá y Rico decidió recuperar las reliquias y se realizaron diversas excavaciones hasta encontrar una urna que contenía huesos en la zona del ábside; después de un análisis por parte de la Universidad compostelana, la Santa Sede realizó un proceso que culminó en su autentificación por el papa
León XIII en 1884 mediante la bula
Deus Omnipotens.
Se realizaron reformas en la cripta para mostrar las reliquias en una nueva urna de plata cincelada de estilo románico con la imagen central de
Maiestas Domini dentro de una mandorla rodeado por el tetramorfos y los Apóstoles a ambos lados, que fue realizada según diseño de
José Losada en 1886 y colocada sobre un altar de mármol.
Al apóstol
Santiago también se le representa a caballo matando a moros, tal como se le describe en las crónicas medievales. Según estas crónicas intervino milagrosamente en favor de los cristianos contra los musulmanes durante la
Batalla de Clavijo (23 de mayo del año 844). En los tiempos que corren la idea de un santo intolerante con otros credos es de lo más políticamente incorrecto, así que el moro aparece hábilmente camuflado tras unos ramos de flores.
Los años en los que la festividad de Santiago Apóstol (25 de julio) cae en domingo, se denominan Años Santos y los peregrinos acceden al templo por una puerta especial, la Puerta Santa, que el resto de los años aparece cerrada a cal y canto. Esta foto está tomada el día 31 de diciembre de 2010, año santo compostelano. Parece que los clérigos tenían prisa por tomarse las uvas y cerraron antes del cambio de año.
La catedral está rodeada por cuatro plazas, la principal es la del Obradoiro en la que encontramos el
Hostal de los Reyes Católicos, el
palacio de Raxoi y el
Colexio de Fonseca.
El
Hostal de los Reyes Católicos fue originalmente un hospital que se construyó como consecuencia de la visita realizada por los
Reyes Católicos a la ciudad en 1486, para atender a los peregrinos que por la época recorrían el
Camino de Santiago. Con el tiempo, los
Reyes Católicos ordenaron la construcción de una gran hospedería con la ayuda de las rentas recibidas en la victoria de
Granada. Las obras duraron 10 años y los Papas ofrecieron indulgencias a cuantos cooperasen. Es de estilo renacentista plateresco y su fachada está ricamente esculpida.
El
Palacio de Rajoy es un edificio del siglo XVIII, que forma el cuarto lado que delimita el parvis del Obradoiro. Realmente se trata de una operación de rifascimento sobre varios volúmenes ya existentes cuya disposición no se ajustaba a la ordenación axial simétrica de la plaza presidida por la Catedral. La obra fue mandada hacer por el arzobispo
Bartolomé de Rajoy al arquitecto
Carlos Lemaur bajo los cánones neoclásicos para varias funciones: Seminario de Confesores (eran los que atendían a los peregrinos en la catedral, y además eran lenguajeros porque hablaban varios idiomas), para residencia de los Niños del Coro de la Catedral, para Casa Consistorial, para cárcel.
Su fachada es simétrica, con un zócalo almohadillado porticado, pilastras de orden gigante a partir de la balconada de la planta noble, y cornisa cubierta en su tramo central por un frontón recto cuyos relieves reproducen la
Batalla de Clavijo, coronado por una estatua de Santiago Matamoros, y en los tramos laterales, por dos frontones curvos con los escudos del arzobispo inscritos.
El
Colegio de San Jerónimo es el actual Rectorado de la Universidad, fundado por el arzobispo
Alonso III de Fonseca en el siglo XVI para estudiantes pobres. La portada, románica, perteneció al antiguo Hospital de la Azabachería.
En la
Praza de la Inmaculada se encuentra el
Monasterio de San Martín Pinario, convento benedictino originario del siglo XI. El edificio actual, de estilo barroco, es el monasterio de mayor tamaño de España despues de
San Lorenzo del Escorial.
La
Praza das Praterías está delimitada por la catedral y el claustro en dos de sus lados. Enfrentada a la catedral está la
Casa del Cabildo y en el centro de la plaza destaca la fuente barroca denominada
Fuente de los Caballos.
La
Praza de Quintana, se llama también de Los Literarios, en memoria del Batallón Literario, estudiantes que combatieron contra
Napoleón. Tiene 2 niveles separados por una escalinata: Quintana de Mortos, que ocupa la parte inferior y Quintana de Vivos, la parte superior. Una Quintana es una puerta o plaza delante del camposanto en donde se vendían víveres.
En la
Carballeira de Santa Susana, uno de los principales parques de la ciudad, encontramos las estatuas de
Rosalía de Castro y de
Ramón María del Valle-Inclán.
También encontramos un cruceiro, elemento omnipresente en todos los cruces de caminos gallegos.
Los orígenes del
Convento de San Francisco datan de 1214, cuando
san Francisco de Asís y sus compañeros peregrinaron a
Santiago de Compostela. Cuenta la leyenda que fue hospedado en casa de un pobre carbonero llamado Cotolay junto a la ermita de San Paio, en las faldas del Monte Pedroso. A este monte iría a orar todas las noches San Francisco, y en una ocasión tuvo la revelación divina de edificar un convento en el llamado Val de Dios. En la actualidad, junto a la iglesia hay un hotel de lujo.
La
Praza de Mazarelos, también llamada de la Universidad, está el único arco que queda de la muralla que rodeaba la ciudad en la época en que se edificó la primitiva catedral románica (siglo XI). El
Arco de Mazarelos es la puerta por donde entraba a la antigua urbe el vino procedente de la zona del Ribeiro, y en la actualidad es la entrada de los peregrinos que vienen haciendo el Camino de Santiago siguiendo la conocida como Ruta de la Plata, o Vía de la Plata. Da su paso a la
Plaza de Mazarelos, conocida como
Plaza de la Universidad porque en ella se halla el antiguo colegio universitario,(hoy Facultad de Filosofía, antes de Filología), obra del arquitecto
Simón Rodríguez del siglo XVIII, la llamada
Iglesia de la Universidad, (anteriormente conocida por "de los Jesuitas"), en la actualidad centro de exposiciones de dicha institución y en la que se conserva un hermoso retablo barroco del mencionado arquitecto, el
Pazo de Mazarelos, (hoy Secretaria de Turismo de la Junta de Galicia), y la actual Facultad de Historia, (hasta hace unas décadas Facultad de Derecho y uno de los primeros lugares donde se situó la Universidad de Santiago), que cierra la plaza y parte de la Calle del Castro.
Santiago es una importante ciudad universitaria, en el moderno campus se puede ver un monumento a los tunos.
El museo de la tuna se encuentra en la
Casa de la Troya, escenario de la novela homónima de
Alejandro Pérez Lugín en la que recrea la vida universitaria.
El
Museo del Pueblo Gallego (en gallego:
Museo do Pobo Galego) abrió sus primeras salas en el año 1977 en el antiguo convento de Santo Domingo de Bonaval, en el lugar conocido como Puerta del Camino.
El
Museo Galego de Arte Contemporáneo es obra del arquitecto portugués Alvaro Siza. Alberga exposiciones de autores de prestigio internacional.
Santiago es una ciudad que invita a vagabundear por sus callejuelas. Hay elegantes plazas como la de Cervantes o la de Toural.
Los días laborables se celebra el mercado junto a la
iglesia de San Fiz, en sus puestos se pueden comprar los excelentes productos locales.
Fuente: Wikipedia