En la confluencia de los ríos
Danubio,
Eno e
Ilz se levanta
Passau, una de las ciudades más antiguas y hermosas de Baviera.
Cada río tiene un color distinto. El
Eno, cuya agua que viene de los Alpes es de color verde, el
Danubio, de agua azul, y el
Ilz, cuya agua proveniente de una zona pantanosa es negra. En el lugar en que los ríos confluyen la diferencia de color de los mismos se hace más notable y resulta incluso curiosa.
La ciudad vieja se encuentra en una península situada entre el
Danubio y el
Inn.
En la
Domplatz encontramos un monumento al rey
Maximiliano José I de Baviera delante de la catedral.
En la
Residenzplatz encontramos la antigua residencia episcopal, un palacio de estilo neoclásico.
El ayuntamiento se alza sobre el antiguo mercado de pescado, tiene una hermosa torre neogótica con carrillón sobre la que aparecen marcados los niveles alcanzados por el agua en las crecidas del
Danubio.
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La ciudad vieja ha conservado perfectamente el aspecto pintoresco de otras épocas.
En la parte alta de la ciudad, al otro lado del
Danubio, se encuentra el
Oberhaus, un castillo que comenzó a edificarse en 1219.
Desde el
Danubio parten barcos de recreo (algunos bastante
kitsch como el que aparece en la imagen, fabricado en cristal Swarovski) que realizan recorridos fluviales a distintos destinos.