Entre los lagos
Superiore,
di Mezzo e
Inferiore, tres ampliaciones artificiales del río
Mincio, se alza la ciudad lombarda de
Mantua. Esta ciudad fue feudo de la familia
Gonzaga.
Paseando por los diques del río
Mincio es posible ver lotos traídos de China que florecen en los meses de verano, también abundan los peces y las aves acuáticas.
El
Castello de San Giorgio es una fortaleza con cuatro torres almenadas construido por
Bartolino da Novara entre 1395 y 1400.
En el interior destaca la famosa
Camera degli Sposi, decorada por
Andrea Mantegna.
El castillo tiene su propia iglesia, donde la familia
Gonzaga asistía a los oficios religiosos.
El
Palazzo Ducale anexo al castillo ha sido punto de encuentro de los mejores artistas de la época.
En el lado derecho de la
plaza Sordello, justo enfrente de la entrada al
Palazzo Ducale encontramos la catedral, construida en el siglo XIII sobre los restos de un templo antiguo. El interior es obra de
Giulio Romano.
También muy cerca de la
Plaza Sordello, en dirección al castillo encontramos la casa que la tradición asegura que perteneció a
Rigoletto, el bufón jorobado de la corte del Ducado de
Mantua.
El edificio religioso más interesante de la ciudad es la
Basilica de San Andrea. En la cripta se custodian dos frascos que según la leyenda contienen tierra empapada en la sangre de Cristo, recogida en el Gólgota por
Longinos y traída a
Mantua. La reliquia se expone al público cada Viernes Santo.
En la
Piazza delle Erbe encontramos la
Rotonda de San Lorenzo, una capilla circular a la que se accede bajando una amplia escalinata. La capilla data del año 1085.
Otro de los atractivos de la plaza es la
Torre del Orologio, de planta rectangular, que data de 1472 según proyecto de
Luca Fancelli, el reloj es obra de
Bartolomeo Manfredi y fue colocado al año siguiente de la construcción de la torre. Bajo el reloj encontramos una estatua de la Inmaculada colocada en 1639.
Con el paso del tiempo los excrementos de paloma inutilizaron el mecanismo de relojería y en 1986
Alberto Gorla emprende una restauración completa del reloj que lleva tres años. Entre otros datos astronómicos el reloj de la
Piazza delle Erbe indica la hora, la posición y fase de la Luna y la posición del Sol en el zodiaco.
Por desgracia, durante una representación realizada hace dos años el acróbata
Antoine Le Menestrel sacó los engranajes de su eje al atar unas cuerdas en un lugar inadecuado y el mecanismo dejó de funcionar.
En las calles de la ciudad es fácil encontrar restos de épocas pretéritas que salen a la luz al remozar las fachadas.
La bella
Plaza Canossa acoge el palacio del mismo nombre, construido en la segunda mitad del siglo XVII.
En la
Piazza Virgiliana encontramos la estatua del poeta
Virgilio, uno de los hijos más famosos de la ciudad.
Se puede pasear alrededor de los lagos por la agradable pista que los circunda.
El
Palazzo d'Arco del siglo XVIII acoge una interesante casa museo que nos muestra cómo era la vida de una familia acomodada.