La antigua ciudad de Daxu (chino: 大圩) se encuentra en el margen oriental del río Li, a 23 km al sureste de Guilin. Esta ciudad tiene más de mil años de antigüedad y fue el principal enclave entre las famosas cuatro ciudades de la provincia de Guangxi durante seis siglos. Antes de que se construyera el ferrocarril, era uno de los cuatro puertos más importantes del río Li.
La mayoría de sus habitantes se dedicaban al comercio y su mercado era famoso en todo el sur de China. Luego, con la construcción del ferrocarril, el transporte fluvial fue haciéndose más y más escaso.
Una larga calle empedrada de más de dos kilómetros es la arteria principal de la ciudad. Los antiguos edificios de la calle se encuentran muy bien conservados y los habitantes del pueblo permiten a los turistas entrar a sus casas a cambio de un pequeña propina.
Las casas conservan el estilo propio de la dinastía Ming (1368-1644). Este tipo de viviendas son conocidas por su magnificencia, refinamiento y por lo prácticas que resultan.
Los chinos se cuentan entre los habitantes más supersticiosos del planeta y esto queda patente en infinidad de pequeños detalles. Casi todas las casas tienen un espejo protector a la entrada. Este espejo se utiliza para que los malos espíritus se asusten al verse reflejados, cuando esto ocurre las tijeras se caen y espantan al espíritu travieso.
La visita nos permite conocer numerosos detalles de la vida cotidiana en la región durante la primera mitad del siglo XX, aún quedan numerosas huellas de su próspero pasado. Descoloridas por la continua humedad del trópico, los patios de las casas, y sus habitaciones, muchas veces mostradas por sus amables residentes, esconden tesoros de la artesanía y la decoración tradicional china.
Desde un lado de la calle empedrada parten estrechos callejones que desembocan en los muelles que tanta prosperidad dieron a la ciudad. Se conservan trece muelles que estuvieron activos hasta los años treinta del siglo XX, cuando los trenes acabaron con el comercio fluvial.
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En algunas casas es fácil encontrar a grupos de hombres jugando a las cartas, al mahjong o al weiqi.
En esta calle encontramos veinte clínicas tradicionales, además de varias farmacias. En las farmacias tradicionales se venden remedios para toda clase de dolencias. Algunos resultan especialmente llamativos, como los embriones de ratón macerados en alcohol.
Tampoco es raro encontrar a los artesanos enfrascados en sus quehaceres diarios, un molinero que muele soja con un molino de piedra, el barbero que espera a sus clientes junto a un sillón de barbería que ha conocido mejores años o la señora que selecciona guindillas.
El presente se resiste a entrar en este lugar anclado en la vida tradicional, aunque tímidamente se ven algunos establecimientos que parecen fuera de lugar aunque siguen conservando un aspecto retro indiscutible, como el salón recreativo.
Otros edificios como la escuela o las sedes administrativas también conservan un aspecto de otra época.
Al final de la gran calle empedrada encontramos un antiguo puente de un solo arco llamado Puente de la Longevidad. Este elegante puente data de la época de la dinatía Ming.
Cerca del río pastan plácidamente los bueyes de agua.
Qué bueno, qué recuerdos. Fíjate si le tengo cariño a este pueblo que encima se ha convertido en el icono de mi blog. La bici china es de Daxu!
Te dejo algunos videos que saqué en el pueblo.
http://www.youtube.com/watch?v=uD2wrWdZOb0&feature=player_embedded
http://www.youtube.com/watch?v=nfRdub-l16Y
http://www.youtube.com/watch?v=4t89X5WfONc
http://www.youtube.com/watch?v=nTp5hJqtpeM