Nada más llegar a la estación central de
Varsovia uno se da cuenta de la modernidad de esta ciudad. El centro histórico, completamente destruido a raíz del
Alzamiento de Varsovia en 1944, fue reconstruido meticulosamente después de la guerra, y en 1980 fue declarado
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO como "ejemplo destacado de reconstrucción casi total de una secuencia histórica que se extiende desde el siglo XIII hasta el siglo XX". Es uno de los principales centros económico-financieros y culturales de Europa Central.
Entre los numerosos rascacielos de la ciudad destaca el
Palacio de la Ciencia y la Cultura, un regalo de
Stalin a los polacos que sigue siendo el edificio más alto de Polonia.
La construcción se terminó en 1955 tras tres años de obras en las que trabajaron 3500 obreros soviéticos. Tras la caída del régimen estalinista se eliminaron las referencias al dictador que aparecían en el edificio. En 1967 los
Rolling Stones celebraron aquí uno de los pocos conciertos que una banda occidental diera en los países del Telón de Acero.
A pesar de ser una ciudad completamente reconstruida, Varsovia ofrece muchos lugares interesantes al viajero. Junto al
Castillo Real se alza la imponente columna del
Rey Segismundo. Muy cerca se encuentra la
Plaza del Mercado donde podemos ver la estatua de la Sirena de Varsovia, símbolo de la ciudad; la leyenda cuenta que es hermana de la Sirenita de
Copenhague.
La
Barbacana es una antigua torre defensiva construida en 1548. Entre 1936 y 1938 se descubrieron y reconstruyeron las partes bajas, así como un fragmento de las murallas y la
Torre del Polvorín.
La casa en la que nació
Marie Skłodowska-Curie alberga actualmente un museo biográfico dedicado a la vida y a las actividades científicas de la genial física polaca.
Entre las iglesias de la
Ciudad Nueva destaca la
Iglesia de San Casimiro de estilo barroco y levantada entre 1688 y 1692. Esta iglesia sirvió de hospital y refugio para la población civil durante la
Insurrección de Varsovia.
Para honrar la memoria de los héroes anónimos muertos en la lucha por la independencia polaca se alza la
Tumba del Soldado Desconocido, bajo las arcadas del antiguo
Palacio de Saski. Del palacio, destruido en 1944, sólo se conservan las arcadas con la tumba. Lo custodia una pareja de soldados.
En cada esquina hay huellas del sufrimiento del pueblo polaco. En 1995 se inauguró el
Monumento a los Caídos en el Frente Oriental, conmemorando el LVI aniversario de la agresión de la URSS a Polonia.
Varsovia es tristemente conocida por el
ghetto judío, todavía se conservan fragmentos del muro de 3 metros de altura coronado con alambre de espino que constituía el límite de la zona judía. En otra zona del antiguo ghetto se levanta el
Monumento a los Héroes del Ghetto, inaugurado en 1948 para conmemorar el quinto aniversario del estallido de la
Insurrección del Ghetto de Varsovia. En la pared occidental del monumento,
"Lucha" representa el combate de los habitantes del ghetto; en la pared oriental se alza el grupo escultórico
"La marcha hacia el exterminio". El monumento está recubierto de un revestimiento de piedra sueca destinada a los alemanes para la creación del monumento a la victoria del Tercer Reich.
En
Varsovia se encuentra uno de los más hermosos parques públicos de Europa, el
parque Łazienki, fundado en el siglo XVII por
S. Lubomirski. En él encontramos el monumento al más conocido de los compositores polacos,
Federico Chopin, destruido durante la guerra y reconstruido con posterioridad. En verano se dan conciertos de piano junto a la estatua del genial músico.
La calle
Krakowskie Przedmieście es una de las principales arterias de la ciudad. En ella encontramos el
Palacio Presidencial con una estatua del príncipe
Józef Poniatowski obra de
Thorvaldsen en el patio. Del mismo autor es la estatua de
Nicolás Copérnico, el astrónomo de
Toruń que paró al Sol y puso en movimiento a la Tierra.
En la misma calle encontramos el monumento a
Adam Mickiewicz, el más famoso de los poetas polacos.