Posiblemente no haya otra ciudad en Europa que esté tan ligada a una estatua como lo está
Copenhague a
La Sirenita, pero la ciudad tiene mucho que ofrecer al visitante. En verano está llena de turistas que animan sus calles peatonales, la zona del puerto y los numerosos parques de la ciudad.
El centro de la ciudad está en la
Rådhuspladsen, la plaza del Ayuntamiento. Frente al gran edificio del ayuntamiento que aúna estilos romántico, neorrenacentista y medieval se encuentra una fuente en la que un toro derrota a un dragón.
A la izquierda del ayuntamiento encontramos una columna coronada por dos vikingos que tocan sus trompas en forma de cuerno.
Otra estatua muy querida en la plaza es la del escritor
Hans Christian Andersen frente al parque Tivoli, el famoso parque de atracciones situado en pleno centro de
Copenhague.
Una de las zonas con más encanto de la ciudad es el canal de
Nyhavn con sus barcos atracados y sus terrazas de restaurantes donde tomar un delicioso pescado ahumado.
Cerca de este canal encontramos el palacio de
Amalienborg, residencia de la familia real desde 1794. En su centro se alza una estatua ecuestre del rey
Federico V. El palacio está formado por cuatro edificios de estilo rococó. Uno de los atractivos de la visita es el cambio de guardia que tiene lugar cada mediodía.
Frente al palacio destaca la iglesia de
Marmorkirken que sigue el modelo de
San Pedro en
El Vaticano. Empezó a construirse en 1749 en estilo neobarroco, pero las obras tuvieron que interrumpirse por el aumento del precio del mármol, hasta que un banquero financió las obras a mediados del siglo XIX y se pudo terminar en 1894.
En el
parque Churchill encontramos la
fuente de Gefión que ilustra una leyenda mitológica según la cual el rey de Suecia le ofreció a la diosa
Gefión tanta tierra como pudiera arar en una noche, tras lo cual la diosa transformó a sus hijos en bueyes y a la mañana siguiente habían arado una tierra que separaron del continente y que colocaron en el mar: la isla de Selandia.
Pero sin duda, la estatua más famosa del parque es
La Sirenita, personaje de
Andersen esculpido por
Edvard Erichsen y situada a la entrada del puerto de
Copenhague desde 1913. Para muchos su tamaño resulta decepcionante.
Desde aquí se llega a la fortaleza
Kastellet en la que encontramos bonitos edificios administrativos del siglo XVIII y un precioso molino de viento tradicional.
En el conocido como
Barrio Latino encontramos la iglesia de
Vor Frue Kirke, un templo de estilo neoclásico que guarda en su interior las estatuas de Cristo y los doce apóstoles obra del escultor
Thorvaldsen. La iglesia funciona como catedral de la ciudad.
Muy cerca se sitúa la torre redonda o
Rundetaarn, un observatorio astronómico que se viene utilizando ininterrumpidamente desde 1642, lo que lo convierte en el observatorio en funcionamiento más antiguo de Europa. Se sube mediante una rampa en espiral que da siete vueltas y media antes de llegar a la parte más alta.
Para cruzar a
Slotshomen pasamos por la bonita plaza de
Højbro con la estatua del obispo
Absalón, fundador de la ciudad.
En la pequeña isla de
Slotshomen encontramos el
Museo Thorvaldsen en el que se guardan algunas obras maestras del genial escultor.
Otro museo interesante es
Ny Calsberg Glypotek que guarda la colección artística del dueño de la cervecería
Calsberg.
El
castillo de Rosenborg se construyó como residencia estival del monarca. Es de estilo renacentista holandés y en su interior se encuentra la
cámara del tesoro que guarda las joyas de la corona danesa.
Una iglesia curiosa es
Vor Frelsers Kirke que tiene un precioso retablo barroco y una cúpula en espiral de finales del siglo XVIII.
Otra cúpula llamativa es la del edificio de la Bolsa,
Børsen formada por las colas entrelazadas de cuatro dragones.
Cerca de la bolsa se encuentran varios museos y edificios institucionales, como la preciosa
Biblioteca Real que funciona como Archivo Nacional de Dinamarca y en cuyos jardines se celebran conciertos durante el verano.