Roma, la ciudad eterna. Ciudad a la que conducen todos los caminos. Una ciudad en la que son evidentes sus tres milenios de historia. He visitado
Roma en varias ocasiones y siempre hay algo nuevo que descubrir. En este artículo no recorreré toda la ciudad, hay tantas cosas que ver que pretender abarcarlas todas queda fuera de las intenciones de este blog, además dejaré las iglesias para otro artículo. La idea que me llevó a escribir este
Cuaderno de viaje fue la de sugerir destinos a otros viajeros apasionados, dar ideas sobre sitios que visitar e ilustrar con mis fotografías lo que otras ciudades y otros lugares me han sugerido.
Entre los cientos de monumentos de la ciudad, el
Coliseo es el más representativo. Recientemente ha sido elegido como una de las siete maravillas del mundo en un estúpido y polémico concurso. El arte no entiende de ránkings y clasificaciones, pretender comparar la belleza de los monumentos es una idea ridícula. En cualquier caso, el
Coliseo, iniciado por
Vespasiano en el 72 d.C. e inaugurado por su hijo
Tito ocho años después, es la mayor estructura de las que se conservan de la antigua Roma. Merece la pena visitarlo por dentro e imaginar lo impresionante que debió ser en su época.
Junto al
Coliseo se alza el imponente
Arco de Constantino, que conmemora la victoria de éste sobre
Majencio en la batalla del Puente Milvio en 312 d.C.
El
Foro Romano es uno de los lugares con más poder evocador de la ciudad, sus ruinas nos permiten imaginar cómo era el centro civil y político de la
Roma imperial.
El
Arco de Tito recuerda la represión del levantamiento judío en Palestina y la ocupación de Jerusalén bajo el mano de Tito y su padre Vespasiano en el año 71 d.C.
Los restos de la
Basílica de Majencio nos dan idea de una de las obras arquitectónicas más imponentes de la Roma imperial.
Al otro lado de la
Via dei Fori Imperiali se conservan los restos de los
Mercados de Trajano, un impresionante complejo de edificios compuesto por mercados cubiertos y calles comerciales. En las 150
tabernae o tiendas del recinto se podían comprar artículos procedentes de todos los rincones del Imperio.
Junto a los mercados se alza la imponente
Columna de Trajano que con sus casi 40 metros de altura es el único monumento del foro que se ha conservado ileso hasta la actualidad.
No es la única columna romana que encontraremos, a poca distancia, en la
Piazza Colonna encontramos la
Columna de Marco Aurelio que representa escenas de las dos campañas de
Marco Aurelio en la frontera del Danubio.
Otro interesante resto arqueológico menos conocido es el formado por la
Porta Maggiore y la tumba de
Eurasyces, una tumba de aspecto extrañamente moderno, perteneciente al panadero Eurasyces y a su esposa Atistia. Data del año 30 a.C. En ella se puede ller la inscripción
Est hoc monimentum Marcei Vergilei Eurysacis pistoris, redemptoris, apparet (Ésta es la tumba del panadero Marco Virgilio Eurysaces, empresario y proveedor).
En el
Area Sacra di Largo Argentina se conserva un complejo con los restos de cuatro templos de época republicana.
El
Panteón es uno de los restos romanos mejor conservados. Obra cumbre del arte universal impone por sus dimensiones y la perfección de sus medidas. En su interior está enterrado el gran pintor
Rafael y los reyes
Víctor Manuel II y
Umberto I.
El
Mausoleo de Augusto se basa en el mausoleo de
Alejandro Magno y fue transformado en castillo durante la Edad Media.
Entre los edificios civiles, uno de los más emblemáticos es la
Fontana di Trevi. La tradición asegura que quien arroje una moneda a sus aguas volverá a la ciudad. Los millones de euros que los servicios de limpieza sacan cada año de la fuente se dedican a la Cruz Roja.
Otra fuente famosa, obra de
Bernini, la encontramos en la
Piazza Navona, se trata de la
Fuente de los Cuatro Ríos.
En
Villa Giulia, residencia de verano del papa Julio III, encontramos el
Museo Nazionale Etrusco donde se pueden admirar obras tan interesantes como el sarcófago de los esposos o el ninfeo hundido ideado por
Bartolomeo Ammanati.
La
Piazza del Popolo es una atractiva y animada plaza en la que merece una visita la iglesia de
Santa Maria del Popolo que alberga en su interior dos obras maestras de
Caravaggio.
No lejos de esta plaza se encuentra otro de los lugares míticos de la ciudad, la
Piazza di Spagna, con su famosa escalinata y la fuente de
La barcaccia, obra de
Bernini
Al otro lado de la ciudad, muy cerca del
Vaticano, se encuentra el
Castel Sant' Angelo junto al río
Tíber, una fortaleza concebida por el emperador
Adriano como tumba para sí mismo, pero que ha sido cuartel, ciudadela papal y prisión medieval.
La
Piazza del Campidoglio diseñada por
Miguel Ángel es una de las más atractivas de la ciudad. Merece la pena visitar los dos palacios que dan a la plaza, el
Palazzo Nuovo y el
Palazzo dei Conservatori que conforman los
Museos Capitolinos. En la plaza destaca una réplica en bronce de la estatua ecuestre de
Marco Aurelio que se conserva en el interior del museo.
Cerca de la plaza se alza el imponente
Monumento a Vittorio Emanuele II, una mole llamada despectivamente
la máquina de escribir, o
la tarta nupcial por su discutible belleza. Este altar de la patria alberga la tumba del soldado desconocido, permanentemente custodiada por un grupo de militares.
Frente a
Vittoriano encontramos el
Palazzo Venezia, lugar desde el que
Benito Mussolini arengaba a las multitudes.
El
Teatro de Marcelo tenía capacidad para casi 15.000 espectadores. En el siglo XIII se utilizó como fortaleza y en el XVI se utilizó como base para construir un palacio.
No lejos del teatro encontramos el
Foro Boario en el que destaca el
Templo de Hércules Víctor y el
Ianus Quadrifons, un gran arco con pasos en los cuatro lados.
Cruzando el
río Tíber tenemos una interesante vista de la
Isola Tiberina y de los restos del
Ponte Palatino.
Entre los monumentos del Trastévere destaca
Il Fontanone, una de las fuentes más grandes de
Roma.