Esta preciosa ciudad del
Véneto ha pasado a la historia por la más famosa pareja de amantes de todos los tiempos:
Romeo y
Julieta. Como reclamo para turistas hay una casa de
Julieta en la que supuestamente está el balcón de la famosa escena de
Shakespeare. Lo cierto es que el balcón es un añadido de 1928 a una antigua posada, pero a los turistas no le interesan esas minucias y acuden en manadas dirigidas por los tour-operadores.
La entrada al patio de la casa de Julieta está atestada de mensajes de amor escritos en la pared o en papeles pegados con chicle.
Es un poco triste que los turistas solo dediquen unos minutos a una visita ridícula (es el único sitio donde hemos encontrado tremendas colas de gente) y pasen por alto las joyas que encierra la ciudad. Entre las iglesias más interesantes hay que destacar la fabulosa iglesia de
San Zeno, una obra maestra del románico que alberga un famoso políptico de
Andrea Mantegna expoliado en parte (los tres cuadros de la predela se exhiben en Francia). Las paredes están decoradas por frescos de alumnos de
Giotto y la maravillosa puerta de bronce detalla pasajes de la vida de
San Zeno.
La ciudad está amurallada y cuenta con varias puertas de entrada, algunas de ellas muy vistosas como la
Porta San Zeno.
El principal monumento de arquitectura militar es el llamado
Castelvecchio, una imponente fortaleza de la que sale el pintoresco
Ponte Scaligero. El puente que cruza el río
Adigio tuvo que ser reconstruido (como todos los puentes de la ciudad) tras los bombardeos de la segunda guerra mundial.
Muy cerca del castillo encontramos el
Arco dei Gavi, un arco romano del siglo I d.C., firmado por el arquitecto romano
Lucio Vitruvio Cerdone. Encontrar la firma del arquitecto en un arco de este tipo es algo muy poco habitual. La posición del arco no es la original, pero su conservación es relativamente buena. Debajo se pueden ver los restos de una calzada con marcas de carruajes muy pronunciadas.
El monumento romano más famoso de la ciudad es la
Arena, el tercer coliseo de Italia destruido en gran parte tras un terremoto en la Edad Media y reconstruido sucesivamente desde entonces. Actualmente se utiliza para representaciones de ópera durante la época estival.
Paseando es fácil encontrar restos de la antigua ciudad romana y casi todas las iglesias tienen una parte subterránea en la que se pueden ver antiguos mosaicos romanos o basílicas paleocristianas.
El centro de la ciudad está delimitado por dos plazas,
Piazza delle Erbe y
Piazza dei Signori. La primera está rodeada por casas decoradas con pinturas murales.
La
Piazza dei Signori resulta más aristocrática, en su centro se alza una estatua del poeta
Dante, está rodeada de edificios administrativos. A la plaza se accede desde la
Piazza delle Erbe cruzando el
Arco de la Costilla, un arco del que cuelga una costilla de ballena y que los veroneses aseguran con sorna que se caerá el día que una virgen adulta cruce el arco.
La catedral de
Verona presenta una hermosa fachada de toba. En su interior hay una
Asunción de
Tiziano y tiene una curiosa entrada lateral con una puerta asimétrica.
Hay otras iglesias que merece la pena visitar, especialmente
Santa Anastasia que guarda un interesante fresco de
Pisanello y
San Fermo, una de las más importantes de la ciudad.
Desde la parte alta se disfruta de una preciosa vista del río
Adigio y de la ciudad. En esta zona se pueden visitar el teatro romano y el museo arqueológico.