Las
Vías Verdes son una encomiable iniciativa que ha convertido en rutas para senderistas y ciclistas antiguas vías de tren en desuso. En España tenemos más de 1500 kilómetros de vías acondicionadas repartidas por todo el país. Este fin de semana hemos recorrido en bicicleta un tramo de la
Vía Verde de la Subbética, desde
Doña Mencía a la
Laguna del Salobral. La ventaja de las vías verdes es que no tienen una pendiente excesiva. Los antiguos trenes no podían subir pendientes superiores al 3%, así que las rutas son bastante llanas y por tanto muy cómodas para recorrerlas a pie, a caballo o, como en nuestro caso, en bicicleta.
En España existen más de 7.000 kilómetros de líneas que ya no tienen servicio de trenes, o que nunca llegaron a tenerlo por quedar inconclusas las obras de construcción. Este patrimonio de gran valor histórico y cultural, está amenazado de caer en el olvido y la desaparición total, a pesar de que ofrece un enorme potencial para desarrollar iniciativas de reutilización con fines ecoturísticos, acordes a las nuevas demandas sociales.
Otras infraestructuras lineales de carácter histórico, que ofrecen las mismas condiciones de facilidad de recorrido (caminos de sirga de canales), permiten completar una densa red de Vías Verdes. La gran ventaja de las Vías Verdes es que garantizan la accesibilidad y la universalidad de usuarios, sin limitaciones de edad o capacidad física.
Desde 1993, estos antiguos trazados ferroviarios están siendo acondicionados para ser recorridos por viajeros un tanto diferentes a los que los transitaron en tren: cicloturistas y caminantes.
Es el objetivo del Programa Vías Verdes, desarrollado desde 1993 por el anterior
Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente y actualmente por el
Ministerio de Medio Ambiente, en colaboración con
ADIF,
RENFE y
FEVE. Participan muy activamente las Comunidades Autónomas, Diputaciones y Ayuntamientos, así como grupos ciclistas, ecologistas y colectivos ciudadanos.
Esta antigua vía corresponde a una línea de tren que iba desde
Puente Genil (Córdoba) hasta
Jaén, lo llamaban el tren del aceite. Pero, además del aceite, las vías de este ferrocarril también sirvieron para transportar carbones de la cuenca de
Bélmez, y plomo y otros metales de los yacimientos linarenses hacia el puerto de
Málaga. La línea se inauguró en 1893 y estuvo en funcionamiento hasta 1985. La
Vía Verde de la Subbética continúa en la provincia de
Jaén como
Vía Verde del Aceite.
Salimos desde la antigua estación de
Doña Mencía, hoy convertida en restaurante, en dirección hacia
Zuheros, el camino tiene una suave pendiente, por lo que la bajada resulta muy cómoda.
Antes de llegar al siguiente pueblo, atravesamos el
Viaducto de Zuheros, este cruce sobre el
Arroyo Bailón aparece en todos lo catálogos de puentes con valor monumental. Su estructura es metálica y tiene una atractiva planta en curva.
La vía sigue su camino en pendiente y pasamos por tramos con unas preciosas vistas del Parque Natural de la Subbética.
Poco después llegamos a la
estación de Luque. Un emprendedor empresario ha asumido la gestión del viejo edificio ferroviario y lo ha convertido en un restaurante que ha recuperado muchos elementos de la antigua explotación ferroviaria.
Nuestra siguiente parada es la
Laguna del Salobral, uno de los humedales más importantes de la provincia de
Córdoba, que cobija a numerosas especies de aves acuáticas.
El GPS marca que hemos recorrido 16 kilómetros, y como pronto es la hora de comer decidimos dar la vuelta y volver sobre nuestros pasos. A pesar de ser el mismo camino, las vistas son diferentes. Ahora tenemos una magnífica perspectiva del castillo de
Luque.
Ahora el camino es cuesta arriba, pero con paciencia y algunos descansos la subida se hace muy llevadera. Por el camino encontramos a un pastor que nos cuenta lo dura que es la vida de los ganaderos. La leche de estas cabras sirve para hacer el queso de Los Balanchares, una delicia gastronómica de la Subbética.
El camino sigue ascendiendo hasta
Zuheros, nos encontramos con un grupo de ciclistas de Ciudad Real que han venido a hacer esta vía verde.
Finalmente avistamos el castillo de
Zuheros que a la vuelta presenta una estampa distinta.
A partir del viaducto y hasta
Doña Mencía la vía tiene una mayor pendiente, pero la subimos sin mayor problema. Me ha gustado mucho hacer esta ruta y ya estoy planeando hacer más excursiones por las Vías Verdes.