Un buen punto de partida para visitar la región portuguesa del
Alentejo es
Évora, una antigua ciudad llena de historia y de rincones con encanto. Desde 1986
Évora cuenta con la distinción
Patrimonio de la Humanidad de la
UNESCO.
En el centro de la ciudad se alza el
Templo de Diana, un templo romano del s. II o III d.C. que fue utilizado como matadero hasta 1870.
Frente al templo romano se encuentra el
Convento dos Loios, convertido ahora en
Pousada Nacional, el equivalente luso a nuestros
Paradores Nacionales. Un suntuoso convento del siglo XV de estilo gótico manuelino.
Cerca del convento se encuentra la catedral de
Santa María, de estilo románico-gótico y del siglo XII-XIII.
Durante los siglos XV y XVI, época dorada de la ciudad, se contruyeron muchos de los edificios emblemáticos que se han convertido en las señas de identidad de Évora.
En la
Iglesia de São Francisco se encuentra la famosa
Capela dos Ossos (Capilla de los Huesos), un tétrico lugar decorado con las calaveras y tibias de más de 500 monjes. A la entrada de la capilla se puede leer "Nós ossos que aqui estamos, pelos vossos esperamos" ("Nosotros, huesos que aquí estamos, a los vuestros esperamos"). Me llama la atención cómo la muerte es un tema decorativo recurrente, especialmente entre las comunidades capuchinas, quizás para demostrar el desprecio por la vida terrenal y el desapego al cuerpo. He visitado algunas capillas igualmente macabras en
Roma (
iglesia Capuchina de la Inmaculada Concepción en Via Véneto), en
Brno, República Checa (
Claustro Capuchino) y al sur de Portugal, en
Faro (
Capela dos Ossos).
Como es habitual en nuestros viajes, no faltó una visita al mercado municipal, donde pudimos comprar el producto típico local: el queso de Évora, de sabor ligeramente picante y algo ácido.
En el centro de la ciudad se encuentra la hermosa
Praça do Giraldo rodeada de cafés y dominada por la
Igreja das Mercês. Antiguamente éste era el lugar de las ejecuciones, muchas víctimas de la Inquisición perdieron la vida en las piras levantadas frente a la iglesia, en el lugar que ahora ocupa una fuente renacentista hecha en mármol de Estremoz y que vino a sustituir a un arco del triunfo romano demolido en 1570.
Hay más de 300 edificios de interés histórico en la ciudad, treinta y seis de ellos son monumento nacional, pero para degustar
Évora basta con pasear erráticamente y disfrutar de los pintorescos rincones que encontramos a cada paso.
Un lugar que merece la pena visitar es el
cromlech de los Almendres situado a 10 km de
Évora, el mayor conjunto de menhires de la Península Ibérica y uno de los más importantes de Europa. Este monumento megalítico resulta impresionante, la zona cuenta con 94 menhires y algunos dólmenes. Está muy bien cuidada y es visitada por muchos turistas.
Volviendo a España disfrutamos de un precioso atardecer.
Puedes ver otra bonita serie de fotografías de la zona en
ésta galería. Si te ha gustado lo que has visto y leído, déjame un comentario ;-).