La historia de
Letonia al igual que la de
Estonia, su vecino del norte, ha estado marcada por una sucesión de invasiones desde la Edad Media. A principios del siglo XIII los cruzados germánicos sometieron y esclavizaron a los pobladores de la zona con la intención de convertirlos al cristianismo.
Posteriormente pasaron a manos del poder polaco-lituano, sueco y finalmente ruso. Los letones comenzaron a reivindicar su identidad nacional a mediados del siglo XIX, coincidiendo con el despertar de los nacionalismos en el resto de Europa, después de un enfrentamiento armado con rusos y alemanes consiguieron independizarse entre 1918-1920, la ansiada libertad duró poco tras la ocupación soviética y anexión a la URSS. Tras el fracasado intento de golpe de estado contra
Gorbachov, el país proclamaba su independencia por segunda vez.
Riga, la capital de
Letonia es la gran metrópoli del Báltico gracias a su puerto, su importante centro industrial y su millón de habitantes.
La ciudad fue fundada en 1201 por el clérigo alemán Albert von Buxhoeveden, quien posteriormente se convertiría en obispo de la ciudad.
Riga era la ciudad comercial más importante en la zona durante la época de la
Liga Hanseática y siguió bajo dominio alemán incluso después de que el poder hubiera pasado a otras manos.
Nuestra visita a Riga comenzó por la
Melngaviu nams, la Casa de los Cabezas Negras, sede del gremio de mercaderes del gótico tardío destruida en 1941 en uno de los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial. El edificio se reconstruyó en 2001 con motivo del 800 aniversario de la fundación de la ciudad.
En la misma plaza se encuentra el
Museo de la Ocupación de Letonia, dedicado a la ocupación del país por parte de los bolcheviques, los nazis y los soviéticos. Un interesante museo que se mantiene gracias a las aportaciones voluntarias de los visitantes, ya que la entrada es gratuita.
Desde esta plaza se llega a la plaza de la Catedral, fundada en 1211 por el citado Albert von Buxhoeveden, un sobrio edificio de ladrillo y mezcla de varios estilos. En los alrededores hay otras iglesias importantes como la de San Jacobo, la de San Pedro y la de San Juan.
Las calles están llenas de puestecillos de bisutería hecha con ámbar, el ámbar del Báltico pasa por ser uno de los mejores del mundo, pero hay que tener cuidado para que no te den gato por liebre, hay muchas imitaciones en plástico y no es fácil reconocer el ámbar a primera vista si no se tiene experiencia.
Otros de los edificios notables de la ciudad son los llamados
Tris brali, los Tres Hermanos, tres sencillas casas medievales, una de las cuales presume de ser la más antigua de Letonia.
Siguiendo por la Kalku iela, la gran avenida de Riga, se llega al
Brivibas piemineklis, el Monumento a la Libertad, de estilo
Jugendstil y que representa a una estilizada figura femenina que sujeta tres estrellas que simbolizan las regiones letonas. A los pies de la estatua siempre hay un grupo de soldados que montan guardia como símbolo de la protección de la independencia.
Otra estatua representativa de la ciudad es la de
Latviesu Strelnieku, los Fusileros de Letonia, en honor a los soldados letones que lucharon con el ejército del imperio ruso durante la Primera Guerra Mundial y posteriormente con los bolcheviques durante la guerra civil rusa. Es una escultura en marmol rojo con tres austeras figuras de soldados ataviados con grandes abrigos.
El pasado soviético queda patente en edificios mastodónticos como el de la Academia de las Ciencias. Es una mole construida a principios de los 60, durante el período soviético, y que se conoce popularmente como "la tarta de cumpleaños de Stalin".
Tengo que confesar que me encanta visitar los mercados, en ellos es donde mejor se capta el espíritu de las ciudades y es fácil encontrar artículos y costumbres que llaman la atención del viajero. El mercado central de
Riga,
Centralais tirgus es uno de los mayores del norte de Europa, se ubica en los hangares de una flota de dirigibles de los años 30. Hay cinco hangares y cada uno de ellos está espacializado en un tipo de alimentos: frutas y verdura, carnes, pescados, lácteos y pan.
En el sector de los panes llama la atención la cantidad de tipos de pan diferentes que se pueden adquirir, panes negros de centeno, de maíz, de trigo...uno de los más habituales tiene un nombre que parece español:
Gimenes.
Frente al mercado se extienden los muelles del río Daugava o Dvina Occidental y sobre la Isla del Conejo,
Zaku Salu se yergue la torre de televisión de Riga, de 368 metros de altura y se cuenta entre las mayores del mundo. Tiene forma de trípode y está hecha de hormigón.