En la isla de
Saaremaa vivía el héroe legendario
Töll y en la de
Hiiumaa su pariente
Leiger. Ambos gigantes, acostumbrados a estar siempre en guerra, discutían a veces entre sí, pero en general se llevaban bien. Alguna vez decidieron, incluso, construir un puente entre las dos islas, aunque el agua no les llegaba ni a las rodillas. El puente se quedó a medio construir, pues consideraron que era mejor estar separados, pero hasta hoy en día se pueden ver algunas de las piedras en medio del mar. Sus mujeres eran corpulentas y fuertes. En cierta ocasión en que cargaban piedras para el horno de la sauna en los respectivos delantales, éstos se rompieron de tanto peso, desparramando las piedras. Las de
Piret se pueden ver todavía en
Laimjala, en
Saaremaa, y las piedras de
Tiiu están en la costa del estrecho de
Soela en
Hiiumaa
Las islas, al igual que el resto del país son muy llanas, aunque es posible encontrar algunos vistosos acantilados al oeste. Sólo un 10% de las 1500 islas de Estonia están habitadas.
Muhu y
Saaremaa también son conocidas por los nombres de
Moon y
Ösel, debido a que fueron trampolín de operaciones de los vikingos, pertenecieron a Dinamarca y a la
Orden Germánica y durante mucho tiempo habitaron en ellas pobladores de origen sueco.
Para llegar a
Muhu es necesario utilizar un transbordador desde el continente, el barco que sale de
Virtsu tarda unos cuarenta minutos en hacer el trayecto hasta
Kuivatsu.
A la isla de
Saaremaa se accede en coche desde la isla de
Muhu, un camino asfaltado con más de un siglo de vida une estas dos islas del oeste estonio.
La principal atracción de
Saaremaa es el cráter meteorítico de Kaali, del que ya he hablado en mi blog astronómico
El Beso en la Luna. El suelo de piedra dolomítica se volatizó provocando nubes de polvo que taparon el sol durante días. La historia y las leyendas quedaron perdidas en el tiempo hasta que en los años 20
Ivan Reinvald comenzó las investigaciones. Ahora sólo puede verse una laguna de varios metros de profundidad en la parte central, rodeada por un bosque. Cerca hay un pequeño museo de meteoritos con información interesante y algunas muestras recuperadas en la zona.
Cerca de
Kaali se encuentra la localidad de
Angla, famosa por conservar cinco pintorescos molinos de madera. A finales del siglo XIX había más de 900 molinos en la isla, que la progresiva mecanización agrícola fue relegando al olvido. Los molinos de viento junto con el enebro y la cerveza casera, son los símbolos más preciados de la isla.
La aureola mística que circunda al lago de
Kaali, está también presente en los singulares dibujos del techo de la iglesia de
Karja, donde símbolos paganos modulan un círculo mágico protector. Dichos símbolos significan la alianza de fuerzas terrenales y celestiales en la lucha contra el mal, ofreciendo protección contra el fantasma de la codicia (la esfera de fuego cayendo del cielo).
La iglesia de
Karja fue construida en el siglo XIV y según la leyenda fue nombrada en honor a
Santa Catalina. La iglesia fue en la Edad Media sitio de cobijo para peregrinos, que procedentes de Escandinavia, se dirigían a Livonia.
En las islas hay pocas ciudades, siendo la mayor y más antigua de ellas la capital de
Saaremaa:
Kuressaare. La ciudad creció en el siglo XIII al pie de la fortaleza episcopal y recibió los detechos de ciudad en 1563. Gracias a que el castillo no fue dañado en las guerras, es en la actualidad la fortaleza medieval que mejor se ha conservado en su totalidad en Estonia. Alemanes, daneses, suecos, rusos y estonios la han ocupado. El aspecto actual, un convento rodeado por un foso medieval data del siglo XIV.
Tomando como referencia el águila, símbolo de
San Juan Bautista, patrón de la fortaleza, la ciudad fue bautizada como
Arensburgo, traduciéndose posteriormente dicho nombre alemán al idioma estonio.
El Castillo del Obispo continua luciendo a través de los años su impresionante aspecto sólido de piedra dolomítica, muy abundante en la isla, sin haber necesitado mucha restauración. El interior es muy austero, en consonancia con el espíritu de sus constructores, los monjes-soldados de la Orden de Livonia. En la historia de este castillo figura la anécdota de un monje español que fue emparedado al ser descubierto con una amante de 16 años. Esta historia estaba olvidada, pero en unas excavaciones recientes se encontró el esqueleto y en los archivos se encontró su historia.
La isla se recorre perfectamente en un día y es una excursión ideal para quienes dediquen varios días a recorrer el país.
Volviendo al continente pudimos disfrutar de una preciosa puesta de Sol desde el barco.